El sector asegurador se encuentra ante un panorama plagado de grandes cambios, por lo que sus productos deben adaptarse a las nuevas preferencias de consumo que exigen los consumidores actuales. En este cambiante escenario, los agentes tradicionales tienen la obligación de comprender a la perfección el nuevo contexto y explotar al máximo las herramientas tecnológicas a su alcance, para continuar siendo indispensables en la industria.
Una de las maneras más efectivas para que la cultura del aseguramiento en nuestro país crezca, es multiplicando la cantidad de agentes disponibles, porque el número actual es tristemente insuficiente. Cuando la población mexicana vea que el número de intermediarios ha crecido, los argumentos para justificar su importancia y su labor se darán solos y ayudará a entender que la figura del agente es simplemente irreemplazable. Si bien hay coberturas que van de la mano con la tecnología, hay otras muy delicadas en las que es inevitable la intervención humana, como lo son los seguros de Vida y de Gastos Médicos, que son productos que demandan la asesoría de un intermediario.
Uno de los principales motivos de la escasa penetración del seguro en México, es la falta de información que los consumidores tienen sobre el tema, por lo que concientizar a la población solo a través de la tecnología es una estrategia incompleta e insuficiente. Si se quieren tener resultados efectivos en la concientización de la sociedad, deben realizarse acciones que favorezcan la cultura del seguro, promoviendo información clara y atractiva a través de los agentes de seguros.
Las aseguradoras deberían poner más énfasis en mejorar la imagen que la sociedad tiene de los agentes, porque el oficio se considera como un recurso extremo para aquellos que no encuentran trabajo, cuando la realidad es que se trata de una oportunidad única de convertirse en un exitoso emprendedor.
*Con información de Revista Mexicana de Seguros y Fianzas.