Obligaciones ineludibles de los intermediarios

Convertirse en agente demanda una capacitación continua, una gran inclinación hacia los procesos administrativos y un gran respeto por las leyes que regulan al sector asegurador. Quienes deciden abrazar esta profesión obtienen constantes estímulos de todo tipo y una inigualable oportunidad de alcanzar la la estabilidad económica y el éxito profesional, además les permite aportar cosas muy positivas a la sociedad. 

En su labor de venta y al momento de firmar una póliza de seguro, los Agentes adquieren obligaciones ineludibles. La primera de ellas es ofrecerle a sus clientes toda la información de la aseguradora y los productos que tiene disponibles. Además deben facilitarle a los usuarios sus datos personales: nombre completo, el número de su cédula profesional, la ubicación del domicilio donde lleva a cabo sus actividades y la clase de autorización que posee para comercializar el producto y llevar una póliza. Otro de los deberes principales del intermediario es salvaguardar en todo momento la total privacidad de la información personal de todos sus clientes. 

Una obligación por demás importante de los agentes es realizar análisis exhaustivos de las necesidades específicas de cada uno de sus clientes, para poder darles el producto más adecuado. Además, tiene la responsabilidad de informarle a su clientela  de manera oportuna, clara y detallada los alcances del seguro que está contratando, así como explicarle en qué situaciones puede usar su póliza, cuál es su vigencia, cómo puede cancelarla y demás pormenores.

Cuando un intermediario cierra la venta de un seguro, debe vigilar el proceso constantemente para saber que todo marcha a la perfección. Aparte que tiene el compromiso de seguir asesorando a sus clientes en todo momento sobre el uso de su póliza y sobre cuándo es su vencimiento para sugerirle la renovación pertinente.  

Es indispensable que todos los agentes contraten y mantengan vigente un seguro de responsabilidad civil por errores y omisiones acreditado por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. El objetivo de este seguro es proteger al intermediario ante los daños o pérdidas en el patrimonio de alguno de sus clientes, ocasionados por algún error que haya cometido en el contrato de una póliza y durante la vigencia de esta.

Los agentes que no cumplen con sus obligaciones primordiales, reciben sanciones de la CNSF y dependiendo de la gravedad de las infracciones, la sanción puede ir desde una simple amonestación o multa, hasta la cancelación definitiva de la cédula que les permite realizar su actividad profesional.

Si bien la labor principal del Agente es proteger a sus clientes, ellos también deben protegerse de sus riesgos profesionales.

 

*Con información de gmx.com.mx

 

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